Temas de Integridad
Abril 5 de 2008
Adams tenía la razón, a medias
Pregunta: (E-337)
Al segundo presidente de los Estados Unidos de Norteamérica, John Adams, (1797-1801) se le acredita haber dicho en 1775: "la mayoría de los hombres de hoy en día (léase: seres humanos, en el siglo 18) son débiles, malvados y despiadados".
Respuesta:
Adams, un granjero de 40 años, abogado y líder político emergente, estaba ayudando a forjar, de una afiliación muy precaria de estados, una nueva nación.
Y en verdad que si era real la política y la presión así como lo eran las tensiones que rodeaban las desiciones de vida o muerte de los primeros líderes de nuestra nación.
Cerca de 235 años después, dichas observaciones sobre nuestra naturaleza básica aún causan revuelo. Algunos catalogan los comentarios de Adams como prejuiciosos y severos. Otros que no están acostumbrados a las palabras duras e hirientes de la política sucia, tal vez nunca han experimentado las algunas veces brutales maniobras de los operativos muy determinados.
Ya sea para bien o para mal, las noticias de todos los días, reflejan muchas de nuestras menos admirables tendencias, minimizando la sabiduría de un legislador con mucha fuerza de voluntad de Massachussets.
El egoísmo con espíritu maléfico; afortunadamente aún coexiste con la rudeza, el coraje, amabilidad y generosidad, aún está vivo y en buen estado -propulsando de forma eficiente a individuos y organizaciones que se sirven a sí mismos.
El por dos términos vicepresidente de Massachussets, nacido el 30 de octubre de 1735, que sirvió junto a George Washington, fue electo presidente a la edad de 62 años.
En su época considerado un anciano, se las arregló para servir sólo un período. Al buscar la reelección, fue derrotado por Thomas Jefferson; antes de morir el 4 de julio de 1826 fue capaz de ver a su hijo, John Quincy Adams, tomar juramento en 1825 como el sexto presidente de Los Estados Unidos de Norteamérica.
Así que, ¿Qué se puede aprender del presente y el futuro viendo el pasado?
- El liderazgo afectivo no es cosa fácil, nunca lo ha sido ni nunca lo será. El conocimiento, el coraje, la disciplina y el sacrificio son los mismos bloques de construcción del liderazgo sustantivo -pero son aprendidos y en cualquier contexto pueden ser refinados.
- La integridad no es una actividad ocasional, sino que se requiere todo el tiempo, con todos.
- Tratar con debilidad ya se la de uno mismo o la vulnerabilidad de otros, requiere de una conciencia objetiva de sí mismo, una visión clara, perseverancia y una tremenda fuerza. Capitalizar sobre las vulnerabilidades de otros sirve como trampolín de desarrollo personal y de impacto organizacional.
- Sobreponerse a la maldad puede ser logrado al actuar de forma valiente ante el consejo de mentores sabios, utilizando sus conocimientos de causa mientras se mantiene una fe sustantiva, implementando un fuerte plan con un ritmo exquisito y sin compromiso.
- Ser malintencionado no es nada nuevo ni a punto de extinción. John Adams fue agobiado por lo peor de lo peor.
Sus adversarios eran crueles, brutales, sucios, feroces, fieros, inhumanos, violentos y sádicos. Y él pudo sobreponerse a ellos manteniéndose integro, sensible y fiel a su causa.
Siendo que nosotros no alcancemos la perfección, la integridad puede ser nuestro enfoque personal, profesional y en este año de elecciones políticas, también políticamente.
JIM BRACHER es el fundador del Centro
Bracher para la integridad de los líderes en Monterrey.
Su columna “Temas de integridad”, aparece
cada mes en El Sol. Los lideres pueden enviar sus preguntas
acerca de asuntos relacionados con grupos sociales y valores
al siguiente correo electrónico: newsroom@salinas.gannett.com
o a info@brachercenter.com.