Temas de Integridad
el 3 de Febrero de 2007

"Los buenos modales demuestran clase"

Pregunta: (E-273)

¿Qué piensa usted  sobre los ataques crueles personales entre Donald Trump y Rosie O’Donnell? ¿Cómo pueden comportarse de una manera tan inmadura y cruel y después salir impunes?

Respuesta:

Cuando la pelea entre Rosie O’Donnell y Donald Trump se convirtió en un espectáculo de los medios, mi primera reacción fue sentirme triste que ellos, que por sus malos ejemplos, estuvieran fomentando un comportamiento tan despreciable. Mi segunda reacción era que demasiadas personas se estaban fijando en sus payasadas.

¿Como pueden estas personas, al parecer inteligentes con mucha visibilidad, riqueza y poder, racionalizar el comportamiento grosero hacer ataques personales sobre la apariencia física y el estilo de vida de otro ser humano? En mi niñez, mis padres y maestros fueron claros conmigo que no se aceptaba denigrar a otras personas. Se admiraba el desafió de las ideas, pero los ataques personales se prohibían.

El comportamiento apropiado nunca incluía usar epítetos racistas o culturales, y con toda seguridad no se permitiría la humillación de otras personas por su apariencia física. Si Rosie y “El Donald” estuvieran en el jardín de niños, los habrían castigado y es posible que tuvieran que irse al rincón.

Contraste sus acciones inmaduras y destructivas con el comportamiento admirable de dos entrenadores de “alto perfil” de la Liga Nacional de Fútbol Americano (NFL, por sus siglas en ingles): Herman Edwards, oriundo de Seaside, de los Jefes de Kansas City y Tony Dungy de los Potros de Indianápolis.

Sus equipos se enfrentaron el 6 de enero en Indianápolis para ver quien seguía en las eliminaciones para el campeonato. Los dos entrenadores se saludaron antes que empezaran  el partido, y, después al final demostraron su respeto mutuo hablándose, después se abrazaron. Al parecer comprendían cuando terminaba la competencia y cuando comenzaban las relaciones. Gracias entrenadores, por mostrarles a los jóvenes y a los ancianos, a los ricos y a los pobres que el respeto y la gentileza son esenciales para vivir una buena vida.

Como personajes públicos, Edwards y Dungy honran sus responsabilidades laborales extras más allá de alcanzar la victoria: Ellos demuestran el comportamiento apropiado.

O’Donnell y Trump son magnates en busca de publicidad que utilizan la prensa de una manera genial.

Quizás el propósito de la “histeria de los sentimientos heridos” de Trump cuando el ataco los insultos que había efectuado Rosie sobre el y sus asuntos empresariales, era para crear una tormenta de fuego justo a tiempo para llamar atención a sus próximo programa de televisión. Rosie de buena gana regreso a la  pelea, notando que su propio programa quizás necesitaría un leve impulso en el índice de audiencia. Después ella de inmediato se aprovecho de la mercadotecnia y publicidad gratuita proporcionada por la prensa conocedora de la mercadotecnia que con mucho gusto alimentan el interés del publico que esta en busca de chismes.

Mi consejo es ignorar a Donald y a Rosie y fomentar la frecuente emulación de las acciones de Herman Edwards y Tony Dungy. Esos dos entrenadores están concientes que las relaciones centradas en integridad, y basadas en el carácter, gentileza, y honestidad si importan tanto en privado como en público.

JIM BRACHER es el fundador del Centro Bracher para la integridad de los líderes en Monterrey. Su columna “Temas de integridad”, aparece cada mes en El Sol. Los lideres pueden enviar sus preguntas acerca de asuntos relacionados con grupos sociales y valores al siguiente correo electrónico: newsroom@salinas.gannett.com o a info@brachercenter.com.

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